La evacuación
En el curso de la guerra, numerosas expediciones de niñas y niños procedentes de las zonas amenazadas por los sublevados fueron evacuados a lugares más seguros en la costa mediterránea o en el extranjero. Huían de los bombardeos y de la represión.
La evolución de los frentes de guerra marcó las etapas de mayor movimiento de evacuados. Fueron muchos los organismos que se implicaron en esta evacuación: Socorro Rojo Internacional, Solidaridad Internacional Antifascista, las Brigadas Internacionales y los sindicatos CNT y UGT. Se les sumaron comités solidarios de Suecia, Noruega, Suiza, Reino Unido, Francia, Bélgica, Holanda, Cuba, Argentina y los cuáqueros estadounidenses y canadienses, entre otros.

A partir de la primavera de 1937, el gobierno coordinó la evacuación a través del Consejo Nacional de la Infancia Evacuada, con sede en Valencia y posteriormente en Barcelona. La ocupación de Cataluña aumentó el flujo de fuga en Francia a través de los Pirineos.
Muchos niños viajaban solos, otros iban acompañados por sus familiares. Como muestran los dibujos, se utilizó todo tipo de medios para transportar a los niños y las niñas en función del lugar de partida y del lugar de acogida.
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El éxodo
El éxodo del final de la guerra supuso la salida de unos 70.000 niños y niñas. Aunque buena parte de estos fueron repatriados posteriormente, otros iniciaron un exilio bien duro. Comenzaba así un largo camino hacia el reencuentro con sus familias.
La evacuación, el exilio y la añoranza de estos niños han quedado reflejados en los dibujos que se exponen.